El viaje no fue con fines turísticos, fue de entrada por salida. Faltando 15 para las 12 del mediodía ya estaba en mi casa frente al abanico. Esto no quiere decir que no se disfrute del recorrido. Había ido muchísimas veces a Barranquilla, el mismo trayecto, (antes la carretera menos sofisticada), pero no había escrito sobre ello. El viaje de hoy me cayó como anillo al dedo para unir las impresiones de los viajes en un solo escrito.
A las 3:30 de la madrugada ya estaba en el baño tratando de espantar el sueño. Tipo 4 nos pusimos en marcha rumbo a "Quilla". Las calles estaban desérticas y la iluminación del rodadero hacia las afueras de la ciudad estaba terrible, oscuridad total. En el camino, después del aeropuerto se ven un millón de lucecitas inicialmente de fondo, luego toman forma a la derecha, a la orilla del mar y en el horizonte, son las luces de la Drummond.
Grabar desde el carro fue un reto, la brisa que entraba por la ventana a 80km/h me estremecía la cámara. Como pude traté que los videos fueran lo menos inestables posible.
-Cuando no estaba la muralla, 2015- |
Hay típicos de esta ruta, comenzando por las ventas: guineo verde, yuca, queso, pescado y camarones como protagonistas. Luego está la miel de abejas, los ceviches, las almojábanas, el queso con bocadillo, las galletas griegas, el suero, más lo que esté en cosecha como mangos, limones, etc. Para los amantes de las empanas, claro que hay. Arepas con huevo, jugos, carimañolas (esto creo que es en Ciénaga).
Siempre me pasa que aunque vaya despierta en el viaje de ida, de regreso descubro nuevos paisajes y detalles que no vi. Este es uno de los principales atractivos de viajar por carretera, disfrutar el trayecto (cosa que en avión se pierde). Los paisajes de la carretera siempre son memorables, a mi me pasa que recuerdo mejor la carretera hacia el lugar que el destino en sí.
A borde de la carretera hay tres tipos de paisajes: las casas cuando se pasa por los pueblos, el mar o las lagunas y los árboles en línea. Esta vez me dí cuenta de la gran cantidad de cactus que hay, o no estaban ahí antes o no los había notado. Los árboles secos si son una constante, de madrugada generan una vista fantasmagórica. El mar de fondo se ve en varias zonas donde no hay árboles que obstaculizan, lo mismo con las lagunas que están a lado y lado (más del lado izquierdo por el río).
Llegamos a las 6 am, dos horas de camino exactas (desde la casa). Ahí en el puente hay un pequeño embolate por la construcción del nuevo puente, hay un solo carril doble vía y hay tierra a lado y lado pero solo es un pequeño sector.
-Puente Pumarejo, entrada a Barranquilla- |
No se por qué nunca tengo en la cabeza lo fastidioso que es regresarse tipo 10 de la mañana con todo el sol colado por el panorámico. Le caen a uno los casi 40 grados centígrados en la cara, en el pecho y en las piernas. No hay vidrio abajo ni brisa que refresque el maravilloso resplandor y el cipote calor que hace. Afortunadamente mejora un poco si se va en el asiento trasero. Así que anoten: si el carro no tiene aire, no se les ocurra viajar en las horas de sol. En moto ya es otro paseo porque aja, la brisa.
Se preguntarán por qué tan pocas impresiones del viaje, si fueron dos horas... Debo confesarles que la mayor parte del tiempo me la pasé en un estado de "coma": iba reclinada en el asiento del copiloto, con la brisa fría en la cara y su ruido arrullador, eran las cuatro de la mañana... ¡Imposible estar despierta! De regreso me dediqué a tomar fotos y a estudiar un rato. Ayer organicé material para estudiar en ambos viajes pero ¡pff! había olvidado lo mucho que me gusta dormir.
Colección fotográfica:
A orillas de la carretera
Lovely realmente Lovely :-))
ResponderEliminar